martes, septiembre 11, 2007

“La discriminación: una condición inherente al ser humano

La discriminación es una práctica habitual e inherente al ser humano, discriminamos ya sea de forma positiva o negativa. La discriminación positiva es la selección que hacemos entre un bien y un mal, es decir, preferimos la búsqueda del bien común, por ejemplo dar un aporte solidario a una fundación de beneficencia. En cambio, la discriminación negativa está en contra del bien común, del respeto y de la dignidad humana; como la discriminación por raza, sexualidad o por condición social.

Desde la perspectiva de las ciencias sociales discriminar significa diferenciar, distinguir, separar una cosa de otra. La
discriminación es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta; debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone diferenciación y reconocimiento). Entre esas categorías se encuentran la raza, la orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad.[1]

Desde la perspectiva de las ciencias jurídicas discriminar significa acción y efecto de separar o distinguir unas cosas de otras, en Derecho el término hace referencia al trato de inferioridad dado a una
persona o grupo de personas por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de filiación o ideológicos, entre otros.[2]

A partir de las perspectivas anteriores se puede inferir que la discriminación implica una distinción selectiva que muchas veces atenta contra la especie humana y animal. Discriminamos a diario, escogemos A y no B, pero ¿por qué la discriminación tiene una connotación negativa? La respuesta está en la cultura, ya que sólo se reconoce cómo discriminación aquello que rechaza al resto y es extremista, por ejemplo el racismo. El racismo es una especie de discriminación que es extrema y anula a seres humanos por su condición étnica, generalmente son los negros.

Existen diferentes tipos de discriminación
[3]:
1. Racismo y xenofobia: El
racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión.
2. Homofobia: La homofobia es una enfermedad psico-social que se define por tener odio a los homosexuales
3. Discriminación a las mujeres (sexismo, machismo): El machismo es una discriminación sexual, de carácter dominante, adoptada por los hombres.
4 Diferenciación según el estrato social: Clase social, en
sociología, término que indica un estrato social en una sociedad y su estatus correspondiente.
5. Discriminación religiosa: Existen numerosos casos de personas que son discriminadas por su inclinación hacia determinada religión.
6. Discriminación positiva: Este
concepto fue utilizado, por ejemplo, en las décadas de 1960 y 1970 en Gran Bretaña para definir las áreas prioritarias de educación. Su equivalente en Estados Unidos es la disposición de intercambiar niños entre áreas escolares con el fin de favorecer una mayor mezcla étnica en las escuelas.

Con la clasificación anterior es posible ver que en cada una de ellas existe una anulación del otro (excepto en la última clasificación), esto se explica porque el hombre está en competencia y ve en el otro una amenaza que restringe sus posibilidades. Según Humberto Maturana: “La sana competencia no existe. La competencia es un fenómeno cultural y humano y no constitutivo de lo biológico. Como fenómeno humano la competencia se constituye en la negación del otro.”
[4] De la cita anterior se desprende que la competencia existente en los seres humanos nos lleva a la anulación y discriminación del otro. Tal vez seria ambicioso decir que la discriminación es un derivado de la competencia, pero la verdad es que análogamente ambas implican supresión del otro o de lo otro.
Ahora bien, la discriminación, es circulatoria y paradójica, resulta contradictorio el decir discriminador, porque el sólo hecho de decir discriminador; automáticamente por decirlo quien enuncia también es un discriminador. La paradoja del prohibido prohibir es un analogía que sirve de ejemplo para este caso.
Cuando se dice que los chilenos son discriminadores, inmediatamente esa enunciación cae en el precipicio de la selección anulativa viciosa de la discriminación. Los humanos discriminan entre si y lo hacen por necesidad o placer. Si es por necesidad se justifica siempre y cuando se esté buscando el bien común, pero discriminar por placer es una discriminación emocional que se sustenta en el placer orgásmico de las sensaciones humanas y no le importa el bien común, sólo el éxtasis placentero.
En el siguiente caso hay un ejemplo del uso de la discriminación:
“En un encuentro magno de estudiantes se repetía constantemente la palabra discriminación, se decía que los ricos discriminan a los pobres. Sin darse cuenta esos enunciadores, se estaban convirtiendo en discriminadores sociales, como ellos no se dieron cuenta siguieron errados en el uso del concepto”
En el anterior ejemplo se puede apreciar la errónea utilización del concepto de discriminación, no existe una conciencia de entender lo que significa.
En síntesis discriminar es una condición humana que nos hace elegir entre diferentes posibilidades, a veces esta condición se torna un tanto viciosa y extremista cuando se pretende anular de forma radical a la otra persona. Debe existir conciencia del uso de la discriminación y del conocimiento del concepto; pues se debe discriminar sin atentar contra la persona humana y se debe saber que significa realmente la palabra discriminación.

BIBLIOGRAFIA

http://www.monografias.com/trabajos/discriminacion/discriminacion.shtml

[1]Maturana, H. 2001. EMOCIONES Y LENGUAJE ENEDUCACIÓN Y POLÍTICA. Ediciones Dolmen Ensayo. Santiago Chil

[1] http://www.monografias.com/trabajos/discriminacion/discriminacion.shtml

[2]http://www.monografias.com/trabajos/discriminacion/discriminacion.shtml

[3] http://www.monografias.com/trabajos/discriminacion/discriminacion.shtml

[4] Maturana, H. 2001. EMOCIONES Y LENGUAJE ENEDUCACIÓN Y POLÍTICA. Ediciones Dolmen Ensayo. Santiago Chile.

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